Montenegro inaugurará mañana las sesiones ordinarias con un discurso que, bien a su estilo, esquivará la confrontación. Lo hará tras una semana con gestiones para reforzar la seguridad. Y cuando el oficialismo busca la aprobación del pliego del transporte.
Por Ramiro Melucci
Sabe, íntimamente, que si bien la política estará pendiente de lo que ocurra en el recinto del Concejo Deliberante la sociedad pondrá el foco en las escuelas. La vuelta de los alumnos a las aulas después de un año en que aprendieron lo que pudieron en modo virtual coincidirá con la inauguración de las sesiones ordinarias. Con ese atenuante, el intendente Guillermo Montenegro irá mañana al cuerpo legislativo para ratificar su mensaje de trabajo conjunto con la Provincia y la Nación, hacer un balance y establecer nuevas metas de gestión.
No hay que esperar ningún pasaje que incentive la confrontación. Más bien todo lo contrario: el jefe comunal reivindicará la labor de los concejales en un año atípico, en el que la pandemia lo trastocó todo.
El superlunes llega en un momento en que la seguridad ha vuelto ocupar un lugar central en la agenda comunal. Lo muestran los últimos movimientos de Montenegro. El martes, en la reunión con el gobernador Axel Kicillof en Necochea para considerar la situación epidemiológica, aprovechó para pedirle una audiencia a Sergio Berni. “Venite el jueves a La Plata”, le respondió el ministro, predispuesto. El encuentro se hizo efectivamente el jueves, pero por motivos de agenda no fue en la sede ministerial sino en Puente 12, La Matanza.
El eje aludió a reforzar la seguridad mediante una labor combinada. En la carpeta del ministro quedó la posibilidad de enviar más policías y patrulleros a Mar del Plata. El intendente anhela que ya en marzo esa gestión pueda verse reflejada en las calles. Demostraría el perfil que la administración va tomando después de un año con la atención concentrada en la salud. El nuevo punto de partida fue la conferencia de prensa del viernes 19 junto al secretario de Seguridad, Horacio García, a la que la semana pasada le sumó el reparto de botones de alerta a comerciantes de la calle San Juan. También la puesta en marcha del plan antipicadas. Dentro del combo podría inscribirse la denuncia penal a las organizaciones sociales que el jueves bloquearon la autovía 2.
El intendente anhela que ya en marzo la gestión por más policías y patrulleros que hizo con Berni pueda verse reflejada en las calles.
Esas incursiones no significan que el aspecto sanitario deje de ser relevante. Después de algunas idas y vueltas, la Secretaría de Salud y Zona Sanitaria VIII abrocharon un acuerdo para comenzar la vacunación en dos sedes municipales: el polideportivo del barrio Las Heras y el Centro Integrador Comunitario (CIC) Malvinas, que desde mañana reemplazarán a la escuela especial 502 y a la primeria 67, abocadas al inicio del ciclo lectivo.
El tiempo que transcurrió entre que el municipio propuso ocho espacios para vacunar y la dependencia provincial aceptó los dos primeros envalentonó a parte de la dirigencia política. La radical Vilma Baragiola presionó por una respuesta y Horacio Taccone, de Acción Marplatense, volvió a cuestionar al unísono a los oficialismos municipal y provincial por no acordar la inmunización en centros de salud. La explicación la dio Gastón Vargas, el director de Zona Sanitaria: no hay intención de que la etapa de vacunación masiva se lleve adelante en lugares en que se atienden pacientes.
El proceso de vacunación tomó impulso en las últimas semanas con la llegada de nuevas dosis. A ese panorama que invitaría al optimismo, la secretaria de Salud, Viviana Bernabei, le puso una cuota de cautela en la comisión de Hacienda, a la que concurrió para dar cuenta de los gastos vinculados a la pandemia. Advirtió si el proceso de inmunización no se acelera el invierno será complicado por el incremento de contagios que se prevé.
El desembarco de Montenegro en el Concejo asume una dimensión particular por el tratamiento del pliego de licitación del transporte. En el gobierno aseguran que la etapa de reuniones con instituciones, vecinos y bloques políticos para explicar y dar detalles de la iniciativa está agotada. “Ya todos saben lo que está en tratamiento”, dicen. “Ahora hay que votar”.
Todas las miradas están puestas en la comisión de Transporte. El último encuentro fue el miércoles. El secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti, y el subsecretario de Movilidad Urbana, Dante Galván, anunciaron las modificaciones al texto original, implementadas a la luz de los pedidos que surgieron en los encuentros previos y sobre todo en la audiencia pública.
Se destacan la incorporación de 600 paradas en barrios alejados del centro en los primeros 12 años de concesión, el incremento del tiempo para subirse a otro colectivo con el mismo boleto (de 60 a 75 minutos de día y a 120 de noche) y la reducción del plazo de 16 a 12 años para que todas las unidades tengan piso bajo.
En el gobierno aseguran que la etapa de reuniones con instituciones, vecinos y bloques para explicar el pliego está agotada. “Ahora hay que votar”, avisan
Entre los cambios hubo guiños a diferentes bloques políticos que podrían reflejarse al momento de la votación, entre ellos a la Coalición Cívica, que forma parte del interbloque oficialista. También a Acción Marplatense, la bancada que le daría al proyecto la apariencia de política de Estado que el gobierno busca si es que, como todo parece indicar, el Frente de Todos se pronuncia en contra.
Las negociaciones perduran, aún después de las variantes. AM prepara un listado con nuevas demandas. No se conformó con la auditoría cada cinco años de la metodología del cálculo del boleto e insistirá con la necesidad de que la Facultad de Ciencias Económicas se involucre ante cada pedido de aumento para generar una mayor transparencia. También reclama las simulaciones sobre cuánto costaría el boleto si las tres estaciones y los 24 intercambiadores estuvieran terminados y cuál sería el precio si la concesión, en lugar de por 20 años, fuera por 10.
Hay algunos puntos que a esta altura resultan inmodificables. El gobierno no contempla la posibilidad de dividir el pliego en dos, como solicitó el Frente de Todos, para licitar por un lado el servicio de transporte y por otro las obras de infraestructura. Bajo el argumento de que genera pérdidas en cada localidad en que se implementó, descartó de plano incorporar una línea testigo municipal. Y no se muestra proclive a reducir el plazo de la concesión.
Lo cierto es que el tratamiento del pliego le llevó al gobierno más tiempo del que había calculado. Y ya advierte que ese debate le ha restado protagonismo a otros expedientes claves. Como el plan para incentivar la construcción, cuyo fragmento neurálgico no tiene el camino despejado en la comisión de Obras.